viernes, 6 de febrero de 2015

EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA CON LA INFANTERÍA I

Son las 6.25 de la mañana del 6 de Junio de 1944.Mi nombre es McQueen, Eneko McQueen y soy Teniente primero del Segundo de Rangers del ejército de los EEUU. En pocos minutos desembarcaremos en el sector Easyred de la playa de Omaha.La lancha Higgins daba continuos  bandazos, el agua salada salpicaba a todos y varios, de los 30 hombres, habían vomitado. Muchos rezaban, algunos mordían furiosamente el chicle y otros miraban la rampa por donde accederíamos a la playa. El ruido del oleaje ensordecía pero no impidió que llegaran a nuestros oidos el inicio de un intenso fuego de artillería. En pocos instantes disparos y explosiones. La lancha que iba a nuestro lado saltó por los aires, se veían los disparos por encima de nuestras cabezas, gritos, oleaje, vómitos y de repente nuestra lancha debió topar con una mina, porque la puerta explotó y el cabo Dogson salió por los aires. No volví a verlo. El Capitán Grant gritaba mientras contenía las sangre que manaba de su cuello:
- Saltad!!! Saltad!!!
Mas que saltar, nos tiramos cayendo al agua, rodeados de balazos y granadas de mortero. Nada más salir, una MG42 barrió nuestra posición. El Capitán Merrill fue el primero en llegar la arena. Yo iba el séptimo. Entre el capitán y yo, todos fueron alcanzados. Intentaba correr pero el peso me lo impedía y solo lograba avanzar a duras penas. Tropecé y caí al agua y pensé que me ahogaba. Tenía tanto peso que no podía levantarme. Mi compañero Endika me ayudó y cuando avanzamos, un francotirador le metió un balazo entre los ojos cayendo hacia atrás. Seguí avanzando. Alcancé al soldado Oier. Corríamos juntos cuando cayó un obús y no catapultó hacia la izquierda. Esta vez me levanté rápido aunque me silbaban los oidos. Busqué a Oier pero el obús lo había derrumbado. Flotaba cara arriba. Adelante, siempre adelante. Tomé aire tras un erizo. Compatriotas míos caían por todos lados. Continuos disparos repiqueteaban sobre mi parapeto. Eché un vistazo. Otro de mis compañeros, Koldo, me hizo un gesto con la mano y esta reventó tras un disparo. Koldó aulló de dolor y se asomó. Una ametralladora lo partió por la mitad. Salí semiagachado siempre hacia adelante. Detrás no había nada así solo adelante. El cabo Asier salió al verme pero pisó una mina y su pierna cayó a varios metros de su cuerpo. Gritaba pidiendo médico. El de mi unidad, sargento Víctor se acercó y rápidamente le puso una inyección de morfina. Pero un nido de ametralladoras de un bunker cercano  puso su punto de mira sobre mis compañeros escupiendo decenas de balas que acabaron con ellos y con tres soldados más que corría por aquel lado. Quería correr más rápido pero mis piernas eran de plomo sobre la arena. Llegaron más lanchas. Me tiré al suelo tras un poste. Miré hacia atrás. Mas caídos y mas lanchas. De una de ellas salieron tanques y el bunker se ocupó de ellos. El primero logró esquivar pero el segundo recibió un proyectil de lleno. El tercero no se lo pensó y disparó sobre el bunker haciéndolo añicos. Del primer tanque se asomó el oficial. Pensé que era un suicida pero vi que observaba y dirigía el tanque hasta que se metió por el boccage. Me levanté y corrí tras la senda que había dejado. Me dejé caer en un hoyo donde estaban mis compañeros Izotz e Iker junto a dos que no conocía. Iker oteaba mientras los demás se encogía en un vano intento de ofrecer menos blanco. No podíamos quedarnos ahí.
-Fuera!!!!, fuera!!!, fuera!!!.
Nos arrastramos y volvimos a correr. Un francotirador acabó con Izotz y al poco un proyectil del 88 nos explotó detrás enviándonos al suelo. Uno de los desconocidos cayó encima mío, muerto. Estaba boca arriba, mirando el cielo, mareado, no podía oir nada y me dolía todo el cuerpo. Solo quería dormir. Poco a poco espabilé. Sacudí la cabeza y me apoyé sobre el codo. A mi lado, Iker respiraba con dificultad pero respiraba. No como el otro desconocido, que estaba sin cabeza. Las balas seguían silbando a nuestro alrededor y también sufríamos fuego de mortero. Estábamos muy expuestos.
- Vas a quedarte ahí tumbado para que te maten?? o te vas a levantar y hacer algo para arreglarlo??
Le guiñé un ojo y salimos como alma que lleva el diablo. Por detrás llegaron Jon e Iñigo. Los cuatro corrimos hacia un talud y nos tiramos. Iñigo reptó para ver y salió catapultado hacia atrás con un disparo en el cuello. No volvió a levantarse. Me arriesgué y me asomé rápido. A poco mas de cien metros había unas alambradas con lo que había que esperar a los zapadores. De repente, el fuego desde un acorazado nos sobrevoló y nos protegimos de las explosiones. Volví a asomarme y pude ver que el fuego había sido efectivo. Fuimos hacia allá y alcanzamos la alambrada. Jon llevaba torpedos banagalore. Los metimos bajo la alambrada y los hicimos detonar, destrozando la alambrada. Pasamos raudos. Jon se enganchó con el alambre y se giró para soltarse. Apareció un alemán y lo fusiló llenándole el cuerpo de plomo. Iker y yo disparamos nuestras Thompson a la vez y lo matamos. No podíamos detenernos. Saltamos sobre el cadáver y llegamos a los pies de un risco. Tocaba escalar. Oímos voces. Tras nuestros pasos estaban Unai, Ariz y Alex junto a tres desconocidos. Eramos nueve. Nos agachamos. Y empezamos a subir todos menos Aritz que se quedó cubriendo la subida. El mucho peso que acarreábamos nos dificultaba la ascensión. Encima del risco tenía que haber una casamata porque se oían detonaciones de cañón. Al fin llegamos y arrastrándonos nos pusimos a resguardo, justo debajo del cañón. Uno de los desconocidos e Iker sacaron sus granadas y dieron un paso atrás para lanzarlas. Lo hicieron pero un francotirador acabó con el desconocido. Las granadas reventaron el interior del cañón. Pero todavía quedaba el francotirador. Me asomé y me quité. Disparó tarde y yo le había visto. Con un gesto le indiqué a Jon donde estaba. Salí disparando a discreción y Alex detrás con su M1 Garand. Bastaron tres disparos para acabar con él. Pero desde un nido cercano volaron cuatro granadas. Me tiré hacia adelante y Alex hacía atrás. Error. Las granadas explotaron a su lado y mataron a Alex y a otro de los desconocidos. Repté buscando protección. Cayó una granada. Rápidamente la cogí y con una fuerte lanzamiento de mi diestra lo lancé con una parábola por encima del muro del nido. Antes de que explotara, dos alemanes salieron corriendo pero surgió Iker y los ametralló. Las granas explotaron y no dieron vía libre para avanzar. Saltamos a una trinchera y avanzamos listos para disparar. Doblamos una esquina y de frente,de rodillas un alemán con un  panzerfaust que ni se lo pensó.
- Al suelo!!!!!- Grité mientras arrastraba a mis compañeros.
El proyectil explotó salpicándonos de arena y mampostería. Nadie herido. Aritz salió por encima de la trinchera. Yo me tiré a la esquina y asomé la Thompson disparando a diestro y siniestro. Asomé un ojo para ver como Aritz llenaba de granadas el parapeto. Hasta cinco conté. Tras esa explosión nadie quedó vivo. Hice una seña y avanzamos. Aritz saltó dentro pero le alcanzaron por detrás y se desplomó. Tuvimos que dejarle para entrar en el bunker. Salieron tres alemanes disparando. Iker y yo respondimos. Lanzamos una granada y entramos disparando adonde estaban los alemanes. Pero detrás nuestro había una ametralladora protegida por un muro asomando por una ventana. Nos masacró. Mató al otro desconocido, a Unai le reventó el pecho cuando se giraba e hirió a Iker en la pierna y a mi en el hombro. Me protegí tras una esquina pero Iker no pudo. Un alemán salió de una puerta lateral y lo remató. Se acercó a mi pero apareció Gaizka con un lanzallamas. Abrasó al alemán y dirigió el fuego hacia la ametralladora quemando todo lo que había detrás. Me ayudó a levantarme.
- Se encuentra bien.
-Perfecto, vamos!!.
Entramos en la habitación donde estaba la ametralladora acompañada de tres alemanes muertos. Continuamos. Pasamos varias salas vacía y llegamos a una escalera de mano.
- Arriba tienen que estar los cañones. Subo yo primero-Le dije
Subí cautelosamente y llegué a un pequeño cuarto. Desde ahí el estruendo de los disparos era ensordecedor. Subió Asier. eché un vistazo. Cinco alemanes manejando dos Flak del 88. Le hice un gesto a Gaizka y entramos, él con el lanzallamas y yo con la Thompson.
- Achtung!!!, achtung!!!!!

Uno de ellos fue rápido y disparó su Luger con tan buena puntería que acertó en el tanque de Gaizka. La explosión lo envolvió en llamas, gritó, corrió y agarró a dos alemanes tirándose con ellos por encima del parapeto. Los otros tres no pudieron esquivar ni el lanzallamas, ni mis ráfagas. Entonces....

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